5 pilares de la Metodología LEAN aplicados a la logística

Seguro que lo habrás escuchado o tal vez leído pero…¿De qué trata todo esto de la metodología LEAN? Los habituales a leer mis artículos no os sorprenderéis de mi amor por el empleo del término eficiencia.

Reconozco que esta palabra es una de mis favoritas porque aglutina un concepto e ideas que son la clave para destacar entre la competencia y llevar a buen puerto nuestra empresa en los tiempos que corren (casi nada). Ojo, que también reconozco que yo no he inventado nada, la eficiencia lleva ya cierto tiempo cultivándose en nuestro sector bajo el conocido término LEAN.

La metodología LEAN

Quien no conozca el término LEAN, lo tiene tan sencillo como acudir al traductor y descubrir que estamos ante una palabra inglesa que se traduce como esbelto. Ahora bien, más que nada, estamos ante un término que ha cautivado a los expertos en marketing y nomenclaturas casi tanto como me ha cautivado a mí la palabra eficiencia.

Lean Thinking, Lean manufacturing, ErgoLean… ¿Acaso estamos ante una nueva moda de nomenclaturas? Puede que sí, pero lo más importante es el concepto que subyace bajo el empleo de este término técnico. Bajo el concepto de ‘búsqueda de lo esbelto’ encontramos una filosofía orientada a encontrar la mejora en todas las áreas de nuestra empresa y siempre bajo un ángulo positivo.

LEAN y búsqueda de valor

Si lo queremos enunciar de una manera técnica, podemos decir que un enfoque LEAN busca maximizar el valor de cara al cliente y minimizar el desperdicio. Dicho de otro modo, crear más valor con menos recursos. El valor es clave y debería verse traducido en la práctica de las siguientes pautas:

• Respeto a las personas, que impide el despido de trabajadores.
• Satisfacción del cliente, que impide una reducción de servicios que merme el producto final.
• Eliminación de actividades que no ofrecen valor, lo que nos lleva a identificar y erradicar el despilfarro.

5 pilares LEAN

Ahora que ya conocemos la base y los principios de la metodología LEAN, resulta interesante conocer los 5 pilares clave para su correcta instauración en nuestra empresa:

Identificación del valor

Entendido bajo el punto de vista del cliente. Nuestro comprador busca adquirir una solución, no un producto o servicio. Nuestro deber es identificar cuál es, con la mayor exactitud posible, dicha solución. Cualquier actividad o proceso que no aporte valor al producto final (la solución) se considera desperdicio.

Asignación del flujo de valor

Mapeo de los flujos de trabajo, incluyendo todas las acciones y personas involucradas en el proceso de entrega del producto final al cliente. Gracias a este control, podemos identificar la cadena de valor y las partes del proceso que no aportan ningún valor (para eliminarlas).

Creación de un flujo de trabajo continuo

Identificada la cadena de valor, hay que velar por su mantenimiento y el mantenimiento del flujo de trabajo de cada equipo.  A este respecto, el mayor reto de la metodología LEAN es evitar los cuellos de botella y las interrupciones.

Creación de un sistema de trabajo específico

Es la forma de asegurar un flujo de trabajo estable y una garantía de que los equipos pueden cumplir tareas de trabajo mucho más rápido con menos esfuerzo. La base de este sistema es que los procesos de trabajo sólo dan inicio si existe una demanda. Esto permite optimizar la capacidad de los recursos y entregar soluciones solo si existe una necesidad real.

Mejora continua o búsqueda de la perfección

Si se logra cumplir con los cuatro pilares anteriores, se evidencia también que añadir eficiencia al proceso siempre es posible. Por lo tanto, debemos cultivar una mentalidad en continua búsqueda de la perfección.

Herramientas o “técnicas” LEAN

Llegados a este punto, es normal que hayas sido cautivado por esta metodología LEAN y la quieras trasladar a tu negocio. Ahora bien, también es normal que te preguntes por maneras prácticas de incorporarla, pues lo que hemos comentado hasta ahora es teoría pura y no menciona maneras concretas que ayuden a lograr esa eficiencia.

Evidentemente, no hay un método mágico que valga para todos y funcione en todos los casos. Sobre todo, porque no es lo mismo una empresa que se dedique a la venta de gadgets tecnológicos que una empresa que se dedique a los congelados. Aquí se trata de tener clara la filosofía para, tras un estudio personalizado de tu negocio, poder aplicar las herramientas más convenientes. ¿Qué cuáles son esas herramientas? Pues las más habituales son las siguientes:

• El método de las 5S
• Value Stream Map
• Kanban
• Trabajo estandarizado
• Gestión visual
• Auto-calidad
• Sistemas de prueba-error
• Cambio rápido de tareas (SMED)
• Nivelación de la demanda
• Gestión de la capacidad
• Spaguetti Diagram
• Service Transaction Box
• Gestión de colas
• Formato estandarizado de resolución de problemas